Aún recuerdo hace tiempo esos programas donde presentaban un montón de vídeos caseros de gente normal y corriente, que se caía, tenía pequeños accidentes, se burlaba de los demás o simplemente hacía gracias delante de una cámara. Como en aquellos tiempos las videocámaras no eran algo que estuviera al alcance de todo el mundo en España, la gran mayoría eran estadounidense, aunque me consta que gracias a ellos los españoles también empezamos a cogerle gustillo a eso de grabarnos, sobre todo cuando mostrábamos nuestras miserias, y cuanto más humillantes, mejor.
Hoy en día, cualquier dispositivo que tengamos a mano tiene una cámara con la que grabar vídeos, además de por supuesto existir en el mercado auténticas maravillas de la tecnología que en aquellos tiempos ni siquiera imaginábamos. Pero además, el gusto que tenemos los humanos por salir en estas grabaciones es innegable, y sobre todo por subirlos a la red.
Esto último ha sido imparable durante los últimos años, cuando surgieron las redes sociales y la posibilidad de compartir vídeos al instante no sólo con nuestros conocidos, sino con mucha más gente; en realidad, casi se podría decir que con el mundo entero si quisiéramos. Y eso es lo que hicimos los humanos, todos en tropel, dejando alucinados a aquellos que pensaban que con el vídeo casero de su comunión o de su boda ya habían llegado al colmo de la ridiculez; ahora, eso se cotiza alto, y en ocasiones, cuanto más absurdo y alocado es el vídeo, más gusta a los que lo ven, y eso ha creado verdaderas corrientes de creatividad entre los internautas aficionados a esto de la edición de vídeos e imágenes.
Pero antes del auge de las redes sociales, ya hacía algún tiempo que existía en internet una clase de web, que ofrecía albergar las grabaciones y vídeos de aquellos usuarios que quisieran compartirlo con el resto del mundo online. Al principio, estas webs tenían un éxito moderado, pero hubo un momento en que su fama se extendió y empezaron a recibir miles de visitas, demostrando, como ya digo, que eso de vernos en un vídeo es algo que fascina a esta sociedad. La más famosa es Youtube, por supuesto, pero no la única; e imitando a ésta, e incluso superándola en algunos aspectos aunque no en otros, han ido surgiendo otras, buscando haciéndose su sitio en la web.
Espero que esta web se convierta en algo así, pero si sois demasiado tímidos para mandar vuestros vídeos caseros, quizá prefiráis redactar vuestras experiencias de forma gráfica, de forma que parezca que las estamos viendo en vivo y en directo.